El paso del Gois

El paso del Gois, la carretera de 4,5 kilómetros que el mar cubre dos veces al día

Al norte del golfo de Gascuña y al sur del río Loira, en la bahía de Bourgneuf, se encuentra la isla de Noirmoutier separada de la costa atlántica francesa por el estrecho de Fromentine. Tiene una longitud de unos 25 kilómetros y una anchura que varía entre los 500 metros y los 15 kilómetros, con una superficie de aproximadamente 4.877 hectáreas. 
 
En la isla, que está habitada ininterrumpidamente desde la prehistoria, viven unas 9.500 personas repartidas en diez localidades y cuatro municipios, que cuentan con tres puertos marítimos. Hoy vive principalmente del turismo, que busca sus grandes playas, y al que ofrece también atractivos como un castillo medieval, iglesias y casas burguesas de los siglos XVIII y XIX.
 
Sin embargo, hasta el año 1971 en que se construyó el moderno puente que la une al continente por carretera, el acceso a la isla dependía del paso del Gois, que conecta la isla con la localidad de Beauvoir-sur-Mer. 

 
Se trata de una carretera asfaltada, con señalización incluida, por la que se puede circular en coche, bicicleta u otro vehículo, e incluso a pie. Pero teniendo en cuenta que dos veces al día, durante la pleamar, queda completamente sumergida.
 
Existen en el mundo varias carreteras y caminos similares, pero lo que hace excepcional a paso del Gois es su longitud. Son 4,5 kilómetros que se pueden realizar andando en menos de una hora (y en apenas unos pocos minutos en coche), pero que quienes se aventuren a cruzar deben calcular en relación con las mareas. 

Porque una vez anegada la carretera con la marea alta, la profundidad oscila entre los 1,30 y los 4 metros, suficiente para cubrir completamente cualquier vehículo.
 
 
El nombre de Gois procede de una deformación del latín vadum y su equivalente en francés antiguo wad, con el significado de vado, y que evolucionó finalmente en gois.
 
La calzada se ubica sobre un banco de arena formado gracias a dos corrientes marinas contrapuestas que rodean la isla de Noirmoutier, y que desde hace unos mil años fueron depositando arena sobre arrecifes rocosos, quedando elevados y estabilizados. 

El paso del Gois fue hasta 1971 la única forma de acceder por tierra a la isla, utilizado desde la Edad Media por campesinos y caminantes, para transportar mercancías y trasladar animales. La primera mención documental data del siglo IX, cuando un monje del monasterio de Sain-Philbert situado en la propia isla le escribió al rey de Aquitania que el acceso a esta isla no es siempre posible durante las mareas muertas. La primera vez que apareció en un mapa fue en 1701.
 

Hasta que se construyeron diques y se desecaron amplias zonas de la isla en el siglo XVIII, la gran movilidad de los bancos de arena sobre los que se asienta el paso hacia que atravesarlo sin un guía fuera una aventura peligrosa.
 
En 1786 se instalaron 18 balizas de madera para marcar la ruta, aunque las tormentas y los inviernos duros las arrastraban y debían ser sustituidas con frecuencia. 

Aun así, los accidentes eran frecuentes, por lo que a comienzos del siglo XX los bancos de arena fueron estabilizados para evitar su movimiento. Con el fin de resistir los embates de las olas y las mareas el paso se elevó sobre piedras, y en 1924 se delimitó colocando hitos cada cien metros y asfaltándolo, convirtiéndolo en una auténtica carretera.
 
En 1930 se colocaron balizas refugio con armazón de madera, peldaños y barandillas metálicas fijadas sobre bases de mampostería inclinadas cada 500 metros, lo que ofrecía una cierta seguridad a automovilistas y peatones sorprendidos por la subida de la marea. Adicionalmente cada kilómetro se instaló una baliza-jaula iluminada para alumbrar el paso por las noches y favorecer la orientación.
 

Entre 1935 y 1939 se repavimentó y amplió la calzada para permitir el cruce de dos coches simultáneamente. Se utilizaron losas de cemento reforzado bloqueadas en los bordes de la calzada por pilotes de madera hincados en la arena, que aun pueden verse en gran parte del paso, aunque la mayoría ha sido alquitranado.
 
Desde 1830 los horarios de las mareas se muestran al inicio del paso por ambos extremos. Hoy solo se recomienda cruzar con buen tiempo y dentro de la hora y media anterior y posterior a la bajamar. 

En ningún caso con niebla, pues existe peligro de desorientación. Aun así, todavía en fechas tan recientes como septiembre de 2020 ha habido que lamentar ahogamientos por imprudencia en el cruce del paso.
 
El paso del Gois forma parte de la antigua carretera nacional 148 que unía la isla de Noirmoutier con Limoges (actual carretera 948). El 11 de julio de 1942 el paso del Gois junto con sus caminos, diques y balizas, fueron declarados monumento histórico. 

Desde 1987 se celebra cada año en el paso la carrera profesional de atletismo Les Foulées du Gois. La salida se da cuando la marea alta comienza a bañar el pavimento, y los participantes deben correr hasta la isla, a la que los primeros llegan cuando ya el agua le cubre hasta las rodillas y los últimos incluso deben finalizar nadando. La participación está limitada a 30 corredores.
 

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