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¿Los neandertales fueron absorbidos por los homo sapiens?
¿Los neandertales fueron absorbidos por los homo sapiens?
Qué fue de los neandertales es uno de los más grandes misterios de la historia de la humanidad. La paleogenética ha ayudado mucho a conocer mejor cómo eran estos parientes extintos, y también nos ha aportado pistas esenciales para comprender por qué desaparecieron hace 40 mil años.
Durante más de 150 años los científicos han intentado descubrir cómo y por qué desaparecieron los neandertales. Tan elusiva ha sido la respuesta, que se ha convertido en uno de los más grandes misterios de nuestra historia. Todo ese interés también ha permitido que se llegue a conocer a fondo a esta otra especie de humanos que vivió durante más de 350 mil años.
Sus restos óseos y materiales se ven por toda Europa, y partes de Asia, durante ese período. Pero, hace unos 40 mil años atrás, desaparecen totalmente del registro fósil. En todas sus viejas moradas, cuevas y aleros, se ven reemplazados por una especie recién llegada: Homo sapiens.
Durante siglo y medio los paleoantropólogos se han preguntado qué pasó. ¿Hubo encuentro entre ambas especies? ¿Cómo fue ese encuentro? ¿Fue violento? ¿Fue amistoso? Es la paleogenética la que ha ido desmadejando ese misterio desde 2010.
El ADN obtenido de huesos fósiles de neandertales, que le ha valido el Premio Nobel a Svante Pääbo (ver apartado), nos ha relatado tanto en tan sólo 12 años que ya se puede dar una respuesta casi certera a dudas y cuestiones de más de siglo y medio de duración.
La evidencia que diversos estudios científicos han ido aportando desde 2019, nos cuenta que los neandertales no desaparecieron por completo. Habrían sido absorbidos dentro de poblaciones mayores de Homo sapiens, quedando sólo representados dentro de nuestro ADN. Prueba de esto es que la mayoría de la gente del planeta que vive fuera de África lleva un 2 por ciento de ADN neandertal en su genoma.
No estábamos solos
Todo este misterio comenzó en Alemania, en 1856. Fue entonces que dejamos de ser un humano solitario. Uno grupo de mineros dinamitaron la entrada a una cueva llamada Feldhofer, una de las pocas del valle de Neander que no habían sido explotadas para obtener piedra caliza.
Mientras hacían su trabajo, se encontraron con un grupo de huesos que asumieron pertenecían a un antiguo oso cavernario. Ni se imaginaron que esos restos cambiarían por completo la historia de la humanidad, tras guardarlos para el maestro de la escuela local.
Cuando unas semanas después llegó a la cueva el profesor Johann Karl Fuhlrott, no dejaba de girar, una y otra vez, el extraño cráneo que bien sabía no era de un oso. Fuhlrott reconoció que se encontraba ante un descubrimiento importante, que lo que tenía entre manos era el cráneo de un hombre primitivo, pero… era un hombre nuevo, diferente: El Hombre de Neanderthal.
Esos restos fósiles, conocidos hoy como Neanderthal 1, dieron comienzo a la ciencia de la paleoantropología, el estudio de la evolución humana. Pero, pensemos que las ideas evolutivas no eran para nada comunes en esa época. Todavía no había sido publicado el libro El origen de las especies, de Charles Darwin, que saldría en 1859.
Faltaban muchas décadas y muchas discusiones para que se generalizase la idea de que los seres vivos evolucionan. Que a través de la acumulación de cambios surgen nuevas especies, y que todas las del presente descienden de un antepasado común.
El descubrimiento del Hombre de Neandertal no sólo le decía al mundo que no habíamos estado solos, sino que los humanos también evolucionamos, y por lo tanto… éramos animales. Es por eso que este cavernícola le resultó tan molesto a muchos científicos durante demasiado tiempo.
Por décadas, los neandertales fueron vistos como los humanos fallidos, más brutos y menos inteligentes que nosotros. En los 166 años que han pasado desde su descubrimiento se ha ido plasmando una pintura muy diferente, que muestra a una de las especies humanas más distintivas, más exitosas evolutivamente, y más intrigantes. Pero, un misterio sigue vigente hasta el día de hoy, el de cómo y porqué se extinguieron.
Coexistir no es convivir
Una serie de estudios científicos han ido aportando información, desde 2019, que permite a los expertos formarse un panorama muy diferente al que se venía discutiendo desde hace siglo y medio.
Un artículo reciente, publicado en la revista científica PaleoAnthropology por los expertos Chris Stringer y Lucile Crété resume todo lo que ha avanzado la ciencia hasta ahora. Neandertales y Homo sapiens habrían convivido en Europa mucho más de lo que se pensaba.
Durante más de cien años la evidencia y las opiniones de los científicos apuntaban a que los neandertales se habían extinguido antes de la llegada de los Homo sapiens. En los 1980s, nuevas evidencias permitieron ver que algo de tiempo habían compartido, tanto en Medio Oriente, como en Europa.
Esto llevó a la aparición de una hipótesis apodada Fuera de África. Esta decía que el Homo sapiens, originado en África hace unos 300 mil años, se habría expandido por el mundo reemplazando a todas las otras especies humanas.
La competencia por los recursos entre ambas especies habría llevado a los neandertales a la extinción. Esta hipótesis no contemplaba para nada que pudiesen haber tenido relaciones pacíficas.
Pero las evidencias fósiles que se han ido descubriendo desde los 1980s, más los grandes avances que generó la paleogenética, han ido posicionando mejor una hipótesis que en los primeros tiempos era tildada de ridícula: los neandertales habían sido asimilados dentro de poblaciones mayores de Homo sapiens.
“Cuando ocurre la asimilación de los últimos neandertales, ellos llevaban decenas, sino centenares de miles de años experimentando un gran declive demográfico”, dijo Carles Lalueza-Fox a Muy Interesante, experto en paleogenética e investigador del Instituto de Biología Evolutiva del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y director del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.
“Los genomas de los neandertales, y no precisamente los últimos”, continuó, “muestran siempre señales cromosómicas de baja diversidad como las que encontramos en numerosas especies extinguidas, o que están actualmente en peligro”.
De a poco van llegando
Estuvimos juntos en el origen, y en el final, ya que ambas especies evolucionaron a partir de un mismo ancestro común. Mediante los fósiles y los datos genéticos, se lo puede ubicar cronológicamente hace unos 600 mil años. Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta qué especie era, ni dónde vivió.
Los restos más antiguos relacionados a nuestra especie Homo sapiens, provienen de Jebel Irhoud, Marruecos. Tienen una antigüedad de unos 300 mil años. Los neandertales más antiguos conocidos rondan los 430 mil años, y fueron descubiertos en Sima de los Huesos, parte del descomunal yacimiento arqueológico de Atapuerca, España.
Es decir que, hace al menos unos 430 mil años ya se habían separado y vivían en dos continentes diferentes, Europa y África. Volvieron a reunirse mucho tiempo después, en una región que a lo largo de toda la historia de la humanidad ha funcionado como punto de encuentro de culturas: Medio Oriente, en Asia.
Existen diversos yacimientos, como Skhul, Qafzeh y Misliya, en Israel, que aportan evidencias de que hace unos 170 mil años ya pudieron coexistir ambas especies, en el Levante. También la paleogenética indica que hubo convivencia, es decir que ya hubo algo de mestizaje.
Incluso existen yacimientos aislados en Europa, que podrían haber sido avanzadas solitarias de Homo sapiens, como Apidima, en Grecia, con unos 210 mil años de antigüedad. Pero ninguna de esas avanzadas fueron algo permanente.
Fue recién hace unos 60 mil años que las oleadas expansivas de Homo sapiens desde África fueron constantes y crecientes. La desaparición de los neandertales 20 mil años después podría estar relacionada.
Los Homo sapiens comenzaron a colonizar Europa de forma constante hace unos 50 y 45 mil años, como se desprende de evidencia fósil y arqueológica que ha aparecido en los últimos años. Se trata de yacimientos paleoantropológicos como la cueva Bacho Kiro en Bulgaria, Zlatý kůň en República Checa, la cueva del Caballo en Italia y Mandrin en Francia.
El análisis paleogenético de los restos de Bacho kiro, que son Homo sapiens, llevan esas fechas más lejos, ya que dentro de su ADN se ve que tuvieron ancestros neandertales seis generaciones atrás.
Los restos del cráneo de una mujer de Zlatý kůň, de hace unos 45 mil años, también presentaron rastros de ADN neandertal en su genoma, de un evento de mestizaje anterior, de algún antepasado suyo.
Es decir, los sapiens no sólo hacía mucho que estaban viviendo en el clima frío de la Europa de 40-50 mil años atrás, sino que la convivencia y el mestizaje con neandertales era normal.
Asimilación no aniquilación
Cuando los linajes de H. sapiens y H. neanderthalensis comenzaron a convivir en Eurasia, entre ellos existían tanto similitudes, como diferencias. Se sabe que el aspecto externo de neandertales era bastante diferente. La historia e incluso la actualidad, nos han enseñado que a veces la más mínima diferencia lleva a la gente a destratar y maltratar al otro.
Es muy probable que con tantas decenas de miles de años en que evolucionaron unos en Europa, y los otros en África, las diferencias no sólo se encontrasen en el aspecto físico, sino en el habla, en las expresiones, el comportamiento general, e incluso en el olor. ¿Cuándo se vieron por primera vez, se habrán visto como potenciales aliados, amigos, enemigos o incluso comida?
Las evidencias paleogenéticas son abrumadoras como para mostrar que todas esas diferencias no fueron suficientes para evitar el mestizaje. Tanto en genomas obtenidos de fósiles, como en otros actuales, se ve que hubo intercambio de genes. Es decir, el mestizaje era algo bastante común.
Entonces, ¿por qué desaparecieron los neandertales, en vez de ser parte de la población humana actual? El escenario más factible para explicar esto es la asimilación de los neandertales dentro de las poblaciones sapiens, pero ¿cómo?
Una costumbre que se ha visto en sociedades antiguas, y entre cazadores recolectoras más recientes, es el secuestro de mujeres pertenecientes a otros grupos. Costumbre también documentada en nuestros parientes primates más cercanos, los chimpancés. La búsqueda de pareja en otros grupos, ya no de forma violenta, también fue algo normal en diversas sociedades históricas.
De esta forma podría haberse generado una convivencia con intercambio entre neandertales y sapiens. Lo intrigante, es que las evidencias de mestizaje entre ambas especies se pueden ver en el ADN de fósiles sapiens, pero no se han visto en fósiles neandertales. ¿Qué significa esto?
“Puede deberse a que los humanos modernos podían tolerar a los híbridos, pero los neandertales no”, explicó Carles Lalueza-Fox. “También podría ser que los mestizos fuesen rechazados en los grupos neandertales. Sin embargo, la ausencia podría ser sólo consecuencia de que los neandertales sufrían de una fragmentación demográfica, o incluso deberse a diferencias genéticas”.
“Como se puede ver en los cromosomas Y de algunos individuos neandertales”, agregó Lalueza-Fox, “algunas mutaciones de ciertos genes podrían llevar a una incompatibilidad de los híbridos que sólo tuviesen al padre neandertal, y a la madre sapiens”.
Como explican Stringer y Crété en su artículo: “Si neandertales fértiles eran absorbidos de forma regular dentro de los grupos de H. sapiens, por el mecanismo que fuere, estaban siendo efectivamente removidos de la reserva genética neandertal. Una fuga consistente de individuos en edad reproductiva no es algo que pueda sostenerse mucho tiempo por parte de grupos pequeños de cazadores recolectores”.
Lalueza-Fox, por su lado, concluyó que: “La evidencia genómica sugiere que los últimos neandertales no fueron reemplazados por humanos modernos recién llegados, sino absorbidos por ellos. La señal genómica neandertal se fue diluyendo del acervo genético por la diferencia demográfica entre ambas especies. Acrecentado luego mediante el reemplazo por gente con menor ascendencia neandertal. Es algo que hemos visto mucho en invasiones y colonizaciones de tiempos históricos, y en este caso debe haber sido realmente dramático”.
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