Lo que todos deberiamos saber sobre nuestra salud
La mayoría de nosotros diríamos que estamos sanos la mayor parte de los días. Solemos responder “muy bien” a la pregunta retórica ¿Cómo estás? de nuestros vecinos, compañeros de trabajo… Pero, ¿cuánta verdad hay en esas palabras? Conocer si estamos siendo muy conformistas es un buen ejercicio para mejorar nuestra calidad de vida.
La definición mundialmente aceptada para el término Salud es: “un completo estado de bienestar físico, mental y social, y no meramente la ausencia de enfermedad o incapacidad”. (OMS, 1946) Actualmente se trabaja, aunque a algunos les cueste, con el concepto de Salud Holística, que añade a esas tres dimensiones la emocional y espiritual.
El concepto bienestar hace referencia a que es posible, y deseable, sentirse bien en cualquier nivel de salud o enfermedad que tengamos en cada momento.
Esto implica reconocer que podemos experimentar bienestar, estemos sanos o con alguna enfermedad.
Todos conocemos casos de personas con enfermedades y lesiones importantes, y que mantienen elevados niveles de bienestar. Pero también podemos pensar en personas que están sufriendo y pagando un alto precio por enfermedades que, en general, no ocasionan tanto sufrimiento.
Mira la imagen de este deportista paralímpico. Imagina el momento en el que necesitó volver a aprender a caminar, esta vez con su prótesis. Imagina cuántas formas hay de enfocar esa nueva situación, en la que ha habido una disminución importante de su salud física. Gracias a la aceptación y la superación, convirtió su disminución de salud aparentemente definitiva en una nueva forma de vivir con un altísimo nivel de bienestar.
Todos tenemos la capacidad de mantener un adecuado equilibrio de las dimensiones que influyen en la salud. Si decides mejorar tu dimensión social, apuntándote a alguna actividad en grupo por ejemplo, tendrá repercusiones en tu dimensión mental, emocional, y posiblemente física… Esas interacciones y mejoras son las responsables de que aumentes tu bienestar y, con ello, tu salud global.
¿De qué depende tu bienestar y salud?
El mantenimiento de la salud está regulado por un eje de doble dirección, en el que participan: Psique (mente) – Sistema Nervioso – Sistema Endocrino – Sistema Inmunológico.
La psique constituye la mente, todos tus pensamientos, tus emociones y tus creencias. Esa información está almacenada en tu cerebro, y a través del propio sistema nervioso se comunica con todas las partes de tu cuerpo: musculatura, piel, sistema uro-ginecológico, circulatorio, digestivo… para responder a los requerimientos que tu mente o tus sentidos les hacen llegar. Si, por ejemplo, estás en una situación de miedo o ansiedad, tus órganos, tu musculatura, tus glándulas secretoras de hormonas… no funcionan igual que si estás en una situación de tranquilidad.
La continua relación entre estas partes constituye un eje de funcionamiento interno que es el responsable, en la mayoría de los casos, del mantenimiento y recuperación de la salud.
¿Quién habla de este nuevo enfoque?
Las Neurociencias, la Física Cuántica, la Psico-Neuro-Inmunología y la Epigenética están aportando grandes avances en el funcionamiento del cuerpo humano.
La principal conclusión es la necesidad de cambiar el enfoque con el que se tratan muchas enfermedades actuales, prestando especial atención al estrés interior a nivel de mente y emociones, que influye en el resto del eje de salud.
Algunas corrientes que están trabajando en la relación entre las enfermedades y las emociones son:
✱ Medicina Psicosomática: campo médico interdisciplinario que estudia los fenómenos psicosomáticos.
✱ Psiconeuroinmunología: estudia la interacción entre los procesos psíquicos, el Sistema Nervioso, el Sistema Inmune y el Sistema Endocrino del cuerpo humano. Trabaja desde una perspectiva interdisciplinar que aglutina diversas especialidades: psicología, psiquiatría, fisiología, medicina del comportamiento, neurociencia, farmacología, biología molecular, enfermedades infecciosas…
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La Nueva Medicina Germánica: según el Dr. Hammer y sus estudios, todas las enfermedades se originan por un conflicto vivido de forma inesperada y la enfermedad es en realidad una respuesta biológica a ese conflicto.
✱ Psych-k es una de las técnicas más importante en la actualidad. Consiste en llevar al hemisferio derecho e izquierdo en integración para modificar las creencias que tenemos en nuestra mente a nivel subconsciente, haciendo que la información de las células en nuestro organismo se transforme, dando un estado de Salud Optima. El prestigioso Biólogo Celular Dr. Bruce Lipton lo explica muy bien en su libro “La Biología de la creencia”.
✱ La Bioneuroemoción: considera que detrás de cada enfermedad hay un sentimiento oculto, en el subconsciente, que no ha sido expresado. Para sanarlo trabaja con la hipnosis Ericksoniana, el transgeneracional, la Programación Neuro Lingüística, el proyecto sentido (proyecto de vida) y los ciclos biológicos.
Lo que conviene tener presente sobre la Salud
Tener una Salud Optima no es sólo llevar una vida “normal”, sin estar en cama, con fiebre, o tomando pastillas cada 8 horas.
Gozar de una Salud Optima implica tener la máxima calidad posible en las diferentes áreas de nuestra vida.
Como has visto, tu salud y bienestar dependen en gran medida de los pensamientos que ocupan tu mente y de las emociones que vas experimentando.
Por ello, detectar, cambiar y aprender cómo manejar estos aspectos, mejorando nuestra inteligencia emocional, es un tratamiento necesario y decisivo para conseguir y mantener el máximo bienestar.
Muchos de nosotros aprendimos desde la infancia diferentes creencias, que asumimos inconscientemente como verdades absolutas, y que nos hacen interpretar la realidad de una forma más problemática, y por ello más estresante, que otras personas que no tienen esas creencias. Por ejemplo, si aprendimos que al hacer las cosas bien se nos quiere más, tenderemos a querer cumplir con nuestras obligaciones de una forma perfecta y controlando todo, para que así ser aceptados … Este hábito ocasiona estados emocionales de estrés interior: tristeza, ansiedad, rabia, frustración… que favorecen, entre otros procesos, un exceso de cortisol (neurotransmisor del estrés) y un defecto de dopamina (neurotransmisor del placer).
Este proceso ocasiona un déficit de respuesta del sistema inmune, apareciendo primero los síntomas y, si no los atendemos y solucionamos, la enfermedad.
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