Cuando Balmis y Zamora lucharon contra la viruela
El
médico de la unidad militar dedicada a la provincial, Javier Balmis, da
nombre a la operación del Ejército contra el COVID-19 porque el
alicantino combatió la viruela.
El
Regimiento de Infantería Zamora forma parte de la referencia histórica
en la que se ha basado el Ministerio de Defensa para nombrar la
intervención de los militares en la lucha contra la pandemia del
coronavirus, ya que el médico de esta unidad a finales del siglo XVIII
fue un auténtico referente en la batalla contra la viruela, al
embarcarse en una expedición para llevar la vacuna a América, utilizando
para ello a niños expósitos que, a falta de neveras, mantenían los
anticuerpos en perfecto estado dentro de sus propios organismos.
El
científico y cirujano Francisco Javier Balmis (1753-1819) destacó por
su trayectoria militar, ya que participó en la década de 1780 en
distintas campañas con el Regimiento de Infantería Zamora, uno de los
destinados al sitio de Gibraltar durante la Guerra de Independencia de
los Estados Unidos de América, guerra en la que también participó en el
continente americano.
Allí
desarrolló su labor científica, en especial a través del estudio de la
botánica, y las plantas autóctonas con virtudes medicinales e
introduciendo nuevas especies en el Jardín Botánico de Madrid. En la
década de 1790 comenzó a ser reconocido por su dimensión científica,
además de la militar, y como médico y destacado paradigma de los
ilustrados del momento, fue nombrado cirujano honorario de cámara de
Carlos IV y se dedicó a la difusión de la vacuna contra la viruela,
descubierta en 1796 por Edward Jenner.
La
viruela, también conocida como la “dama negra” fue una de las
enfermedades mas importantes del siglo XVIII, por los efectos que causó
sobre la población mundial.
Confiado
en la posibilidad de poder erradicar una enfermedad que causaba la
muerte a cerca del 20 por 100 de la población, Balmis propuso al monarca
llevar la vacuna a sus dominios de América, proyecto que fue sometido y
aprobado por la Junta de Cirujanos de Cámara. Así se dio luz verde a la
Real Expedición Filantrópica de la Vacuna.
El
puerto escogido para la partida fue el de La Coruña y el medio de
transporte, la corbeta María Pita. Acompañaban a Balmis, el cirujano
militar catalán José Salvany, dos practicantes, tres enfermeros, 22
niños de la casa de expósitos de la capital gallega, para inocular y
conservar la vacuna durante la navegación, y, por último, la rectora de
la casa, Isabel Zendal, para cuidarlos. Esta última se considera la
primera mujer enfermera participante en una operación militar
internacional.
Los pequeños “vacuna”
Como
relata un artículo del teniente coronel de Transmisiones Jesús Reguera
Sánchez la misión tuvo que solventar un problema muy importante, cómo
transportar el fluido de la vacuna para que llegara a su destino en
perfectas condiciones de utilización. “La solución la encontró Balmis
cuando se decidió finalmente por llevarse a niños de entre tres y nueve
anos a los que vacunaba cada nueve días para mantener fresco el fluido”.
Eligió niños, porque los adultos podían haber padecido la viruela y
otras enfermedades que podían poner en riesgo la inoculación en cadena.
Claro
que conseguir a los niños no fue fácil, ya que los padres se negaron en
rotundo, por lo que fue necesario recurrir a los orfanatos. “Finalmente
consiguió un total de 22 niños procedentes de orfanatos de Madrid,
Santiago y sobre todo de La Coruña (Balmis los llamaba cariñosamente mis
galleguitos). Del total de este primer grupo de 22 niños, solo uno
perdió la vida”.
La
expedición, desarrollada entre 1803 y 1806, y liderada por el médico
militar, gozaba del carácter militar impregnado por Balmis, y se
caracterizó por procurar una constante cooperación con las autoridades
locales implicadas. Se consiguió inmunizar a las poblaciones de
Canarias, América, Filipinas, Macao, Cantón y la isla Santa Elena, en lo
que se considera una de las más importantes gestas promotoras de la
salud pública y de la educación sanitaria en el ámbito internacional.
También
en esta pandemia del coronavirus el Ministerio de Defensa, los
militares, han desempeñado un papel activo en pro de la salud pública.
Por ello el órgano que preside Margarita Robles ha creado la medalla
conmemorativa de la “Operación Balmis” para reconocer al personal de las
Fuerzas Armadas y personal civil adscrito al Ministerio de Defensa que
ha participado en esta lucha.El Ministerio de Defensa acaba de crear la
medalla conmemorativa de la Operación Balmis, el nombre del dispositivo
puesto en marcha por el Ejército para la lucha contra el COVID-19. El
nombre se refiere al doctor Francisco Javier Balmis, el médico del
Regimiento de Infantería Zamora en el siglo XVIII, que se propuso
erradicar la viruela de América.
Fuente:La Opinion el correo de Zamora
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